EN SALA U, DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL EN MEDELLÍN, TRES ARTISTAS EXHIBEN TRABAJOS SOBRE LOS AFROS.

Ollas arroceras sembradas con huesos de vaca, pinturas de mujeres víctimas de la violencia en el Chocó y fotografías de afrodescendientes tomadas en el río Atrato.

Estas piezas y otras conforman la exposición Afro, que hasta el 27 de junio estará en Sala U de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, sede Medellín.

La exposición, inaugurada el pasado 14 de mayo, exhibe los trabajos de tres artistas colombianos: el escultor vallecaucano Fabio Melecio Palacios Prado, el pintor cordobés Freddy Sánchez Caballero y la fotógrafa Martha Posso, que con su arte reflexionan sobre la realidad que vive la comunidad afrocolombiana.

Álvaro Correa, director de Sala U, comentó que la curaduría de los trabajos estuvo a cargo de un comité integrado por personal de la Facultad y que los artistas expositores fueron invitados por el contenido de las obras, al igual que por la trayectoria profesional que tienen no solo en el país sino también en el exterior.

Agregó que, con exposiciones como esta, Sala U quiere ser escenario de las diferentes manifestaciones del arte, incluyendo a todas las comunidades, por eso “es una sala generosa en el espacio, donde el artista no solo muestra una o dos de sus piezas sino una obra en conjunto que refleja un proceso de investigación y de creación”, dijo Correa.

Alimentando el pensamiento, del escultor Palacios Prado, es un ejemplo de ello. A través de un conjunto de 12 piezas de ollas arroceras con patas de vacas representa las problemáticas socioeconómicas de los corteros de caña de azúcar del Valle del Cauca, mayoritariamente afro, que con lo que les pagan solo les alcanza para comer sopa con guiso y arroz.

El trabajo –explicó el artista– es producto de las charlas y encuentros que tuvo con los corteros. Él, al ser afro y tener familiares dedicados a ese oficio quiso mostrar “la otra cara de la realidad: la inestabilidad económica y la mala nutrición que padecen esas personas”.

Para él, los huesos que utiliza, son una manera simbólica de reclamarle al Estado un verdadero compromiso en la solución del problema alimentario de dicha comunidad.

El Laboratorio de Comidas y Culturas del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia aporta testimonios, objetos ancestrales y sonidos de los afros.

Por su parte, el trabajo del pintor Sánchez Caballero, titulado Las viudas de la curva del diablo, rinde homenaje a un grupo de mujeres a las que la violencia les quitó sus esposos y que, tras la prohibición de enterrarlos, visitaban los cuerpos en una playa del río Atrato, donde los lloraban, rezaban, les cantaban ‘alabaos’ y les espantaban las aves de rapiña.

De las 40 pinturas que componen la obra, 20 están en Sala U y para Sánchez “más que una obra es una propuesta social, desde el alma, que busca recuperar esa memoria perdida de las víctimas de pueblos como Bojayá, Curbaradó y Quibdó que vivieron desplazamientos y masacres”.

Aunque lleva más de 12 años trabajando el tema, es la primera vez que se anima a tener más de dos piezas en una exhibición, que también está acompañada por muñecas de trapo que hicieron las mujeres a las que retrató en sus lienzos.

Finalmente, las fotografías de Martha Posso, llamadas Atrato, fueron tomadas en los años 90 en Bojayá y según Correa registran la problemática sociopolítica vivida en ese territorio.

POR:  MÓNICA MARÍA JIMÉNEZ RUIZ

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