
El obispo de Itsmina, Monseñor Julio García Peláez, denunció la hambruna que padecen no menos de 22.500 familias chocoanas, según el censo realizado por él en las zonas del San Juan y del Baudó.
Estas familias, unas mil personas solo consumen una comida al día. La mayoría son pequeños mineros artesanales que venían subsistiendo en alianza con los entables mineros de retros.
El gobierno nacional ha dinamitado decenas de equipos mineros, ha encarcelado a los pequeños mineros y la mayoría quedaron sin empleo alguno. “En veredas de Itsmina, en las calles de Tadó y Andagoya, en las orillas de las bocas del San Juan en Docordó y en el Alto, Medio y Bajo Baudó hay no menos de 90 mil personas que si comen algo una vez al día, no comen dos”, escribió el novelista Gustavo Álvarez Gardeazábal. “Y como los que se están muriendo de hambre son negros del Pacífico y como este es un país racista, para los negros que pasan por una hambruna como las de África, a solo 400 kilómetros de Bogotá, no hay comida, tal vez otras leyes para que las grandes mineras puedan sacar más oro”.
ASOMECOS AFRO