ALCANZÓ 38 CURULES EN LAS LOCALIDADES MÁS GRANDES
JAL, OTRO BASTIÓN DE CAMBIO RADICAL
TENDRÁ LA MAYORÍA DE EDILES, SEGUIDO POR EL PARTIDO LIBERAL Y EL CENTRO DEMOCRÁTICO. LA UP LOGRÓ DOS CURULES. PROGRESISTAS, SIN REPRESENTACIÓN.
Es posible que la gobernabilidad de Enrique Peñalosa no sólo se beneficie de la fluidez que mantendrá en las relaciones con la Nación y con el Concejo (donde probablemente logre mayorías), sino para sacar adelante asuntos de corte micro: cuenta, al menos de entrada, con un robusto grupo de 42 ediles: 38 de Cambio Radical y 4 del Partido Conservador, las dos colectividades que lo avalaron.
El partido de Germán Vargas Lleras, que tiene en Bogotá al senador Carlos Fernando Galán como su principal figura, cambió el mapa electoral de las Juntas Administradoras Locales (JAL) y pasó a dominar en 11 de las 20 localidades. Cuatro de ellas las más pobladas: Suba, Kennedy, Engativá y Ciudad Bolívar.
Hace cuatro años el Partido de la U (que en ese momento también avaló a Peñalosa) fue el más votado y dominó en 15 localidades. Esta vez no ganó en ninguna, lo que confirma, con su disminución de curules en el Concejo y la pérdida de la Alcaldía con Rafael Pardo, que fue otro perdedor del pasado domingo, al que no se le ha hecho mayor referencia.
Es llamativa la irrupción del Centro Democrático: aunque con Francisco Santos logró el cuarto lugar en la campaña por el Palacio Liévano, en la disputa por las JAL quedó de tercero, por encima de partidos con experiencia en la ciudad, como el Polo, los verdes y la U. Debutará con 28 curules en las 19 localidades donde presentó candidatos. No lo hizo en Sumapaz, zona rural donde la Unión Patriótica (una suerte de antítesis del CD) logró sus únicos dos ediles.
El castigo a Gustavo Petro también se confirma en esta instancia: no tendrá ni un solo edil, a pesar de que estos cuatro años contó con 28. El Polo Democrático, no obstante, pasará de 22 a 26; sigue siendo el más votado en La Candelaria (una localidad muy pequeña), perdió su dominio en Sumapaz y lo pasó para Santa Fe.
Las JAL son las encargadas de enviarle al alcalde mayor las ternas para que éste nombre alcaldes locales. A la vez, le hacen control político a esos mandatarios y a sus administraciones, que ejecutan los recursos de los fondos de desarrollo local. Son pequeños gobiernos que, a pesar de que tradicionalmente se han quejado de falta de atribuciones y dientes, terminan siendo cuestionados por irregularidades e ineficiencia en la contratación. El nuevo mapa político de ediles en Bogotá implica un nuevo aire, así que se espera, otra vez, que esos lunares, símbolos de un tortuoso presente, sean cosa del pasado. El alcalde cumple un papel crucial, como líder del Distrito, para que la situación mejore.
EL ESPECTADOR