LA MARIMBA ES EL PIANO DE LA SELVA
GOLPE DE CHONTA
Hay quienes en el Pacífico sur aseguran haber visto al mismísimo diablo tocar la malimba. Sí, marimba o malimba, ese instrumento de 23 láminas de madera de chonta de longitudes diferentes, dispuestas de mayor a menor, que se golpean con mazas para producir notas musicales, cada una con su propia caja de resonancia.
Dice la leyenda que al marimbero, un día, el diablo se le va a aparecer para retarlo. Y a un niño y a una mujer no les corresponde esa pelea.
De ahí que en los hombres recayera la hazaña de tocar el piano de la selva, y sacarle a mazazos currulaos, pangos, berejús, patacorés, jugas de arrullo, adoraciones y bundes. “No era fácil que un viejo le enseñara a un niño, tampoco había una pedagogía, ni paciencia ni necesidad de enseñar a tocarla. Era el muchacho quien siguiendo a su papá o a su tío, aprendía a cortar la chonta, a enterrarla, a afinarla”, dice el músico Hugo Candelario González.
Sobre este instrumento cuya música fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2010, junto a los cantos tradicionales del Pacífico Sur, se tejen muchas versiones. Algunos dicen que en cada tonada que dan sus tablas suena el alma de los negros que murieron encadenados. Otros cuentan que nació del río como nacen los caciques indígenas en la Laguna de Juan Tama.
Hay quienes creen que los ancestros la inventaron a través del canto de las aves, que labraron una palma de chonta y le pusieron a cada tablilla un tono que resonaba sobre un canuto o guadua. O que es una transformación del balafón africano (hecho con calabazas).
“Nunca encontraremos la marimba que nos diga si es negra o indígena”, dice Héctor Javier Tascón, inventor del método OIO, que enseña a tocarla ‘a lo occidental’.
“Algunos dicen que fue traída a América por los negros africanos. En Guatemala, donde es instrumento nacional, la atribuyen a los indígenas. Otros afirman que tras la llegada de los españoles y de los negros esclavos y con la huída de los indígenas, estos últimos dejaron la marimba y los negros esclavos se la apropiaron. Pero si hay una marimba o dos en las comunidades indígenas de Colombia es mucho. Eso hace dudar que fuera del arraigo indígena”, dice Tascón, jefe de percusión del Conservatorio Antonio María Valencia.
“Investigadores serios dicen que la marimba se asemeja a la música africana. Que los roles que desempeñan los instrumentos que la acompañan, el bombo, el cununo, el guasá, en bambucos viejos y en jugas grandes, son similares a los de la música africana y que se mueve sobre escalas pentatónicas (sucesión de cinco sonidos, alturas o notas diferentes dentro de una octava)”, dice Tascón.
Según Hugo Candelario a la marimba se le dice también balafón o bala. La palabra viene del Kimbundu o Bantú (lenguas africanas). En esos idiomas la llaman Kalimba, Marimba o Malimba. “He estado en festivales del mundo donde se reconoce su africanidad, incluso en Centroamérica donde es asociada a la herencia maya, aceptan su africanización”, dice el director de Bahía. Hasta le atribuyen origen asiático, porque en ese continente han encontrado marimbas más antiguas que las africanas.
Digan lo que digan, para Jefferson Cuama, hijo de Baudilio Cuama, la marimba es negra. “Cuando me paro frente a una me voy a los tiempos de esclavitud, cuando nuestros ancestros la tocaban y se sentían libres. Cuando la toco, así me siento”.
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