Cirle Tatis, Juany Pérez y Francis Tejedor son los rostros de una cultura que lucha por mantener sus raíces. Mayo es el mes de la Herencia Africana.

Por:María José Borrero Ariza

Creo que tengo un trauma con el alisado y las planchas por el dolor físico que sufrí cuando me salían llagas en la cabeza y duraba hasta cuatro días sin poder peinarme”. Así fue como Cirle resumió los primeros 26 años de su vida, llenos de complejos e inseguridades por su cabello.

Cirle Tatis es comunicadora social de la Universidad de Cartagena y  fundadora de Pelo Bueno, una empresa de peluquería que busca reivindicar la estética afro. La idea surgió cuando ella aceptó su identidad afrodescendiente y tomó la decisión de rehabilitar su salud capilar, luego de una perdida alarmante del cabello por los químicos alisadores que ponía en su pelo.

Cuando decido no alisarme más el cabello, comencé a recibir mucha crítica de la gente de la calle, pero mi familia también me señaló fuertemente, principalmente mi mamá, porque ella cuestionaba mucho el hecho de que yo usara trenzas diciéndome que si yo me creía palenquera o es que se me había despertado el sentir negro”.

Ese tipo de comentarios hacían que Cirle recordara todos los estigmas que la sociedad había colocado sobre los rasgos y cultura negra. Esto la confrontó y motivó a luchar por cambiarlos.

Francis Tejedor y Juany Pérez, creadoras de Sankofa.

“Recuerdo que buscaba en Google — ¿por qué a la gente negra no le gusta ser negra?—, y esa búsqueda arrojó un sinnúmero de documentos y mujeres a las que hoy día admiro, que han sido mis mentoras, las que me mostraron un camino de liberación, de amor por lo identitario y de valor y aceptación por mi pelo”, cuenta.

Plancharse el cabello diariamente, secarlo semanal, retocarse mensual y volver a alisarlo a los tres meses era cosa del pasado para Cirle, su energía se concentró en recuperar su cabello y con él la identidad que llevaba perdida durante toda su vida.

“Yo empecé vendiendo aceite de coco casa a casa, después como andaba con mis trenzas a la gente le gustaba y me pagaban para hacérselas, a eso se sumó que comencé a cortar pelo. Arrendé un apartamento pequeño cuatro meses, de ahí me fui a otro más grande y pasé de tener un ayudante a cuatro personas en el equipo. Pasado un año, finalmente logramos irnos a un local que es en el que estamos en Cartagena actualmente con 11 personas trabajando. Luego de dos años decidí dar el salto y abrimos sede en Bogotá el 19 de marzo de este año. Ese ha sido nuestro recorrido”, cuenta la cartagenera.

Cirle ha logrado inspirar, educar y reconstruir la confianza de muchas mujeres afro que la siguen en sus diferentes redes sociales debido al contenido que diariamente comparte en el que enseña productos y rutinas para el cuidado del cabello rizado

Por El Heraldo.

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