Muere Piedad Córdoba, la política que encarnó la izquierda liberal y la apuesta por la paz de Colombia
Se fue una mujer de hierro que tuvo que ser forjada en el fuego de la discriminación y la desigualdad para darle voz a las mujeres y a las minorías en el ejercicio de la política. Se fue una mente brillante que encarnó debates de fundamento en busca de los valores democráticos, la equidad y la paz. Se fue una parlamentaria histórica a la que tuvo que reivindicar tardíamente la justicia, esa que buscó para otros hasta el último día de su vida. Se fue Piedad Esneda Córdoba Ruiz, a quien las comunidades negras, afrocolombianas se enorgullecen de llamar suya; lamentamos con hondo pesar su partida, tal como fue su búsqueda de la Paz en nuestro pais.
“La guerrera, levantó su mano señalando hacia el infinito La guerrera, dice que estas lagrimas son la risa del mañana que espera La guerrera, cabalgando entre las nubes Me ha enseñado que estos prismas terrenales No son nada, comparado con mi pueblo Que desde sus entrañas se libera La guerrera, sin miedo fue buscando Hermandad, buscando fortaleza Con el alma, con el alma limpia Con la sonrisa, con la sonrisa plena” Adiós Piedad Córdoba. Adiós guerrera.
La política colombiana perdió este sábado una de sus figuras más representativas, Piedad Córdoba, una mujer afrocolombiana que desde el Congreso fue protagonista de los hechos más importantes de las últimas tres décadas, fue encontrada sin vida por sus escoltas. Cuando fue ingresada a la clínica Los Conquistadores, en Medellín, su ciudad natal, ya había muerto por un infarto. Conocida por su lucha para lograr una salida negociada al conflicto armado con la entonces guerrilla de las FARC y por haber participado en las negociaciones con este grupo armado, que derivaron en la liberación de varios secuestrados, fue siempre una figura controvertida.
Su turbante, que exaltaba sus raíces afro, así como su forma directa al hablar, fueron dos de sus características más distintivas. Córdoba logró abrirse campo en Antioquia, uno de los departamentos más conservadores del país, y en un mundo dominado por hombres, en un Congreso con una representación femenina mucho menor a la actual, cuando apenas llega a un 30%. Defendía, además, que se buscara una salida negociada al conflicto, en unas décadas —los noventa y los dos mil— en las que esta idea era vista no solo como lejana, sino rechazada por gran parte de la opinión pública. Logró, sin embargo, como mediadora entre el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe y la guerrilla de las FARC, la liberación de secuestrados que llevaban años en la selva. Por esta labor, en 2008 fue nominada al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, e incluso postulada como candidata al Premio Nobel de la Paz.
Paz en su tumba
POR: ASOMECOS AFRO