Se fueron hacia el infinito los “pazos” sempiternos de Luis Sandoval.
Por: Felipe Pineda Ruiz[1]
Se nos fue Luis Sandoval (1943-2022), incansable investigador social que logró la titánica tarea de sacar adelante, durante décadas, al Instituto María Cano (Ismac), probablemente la primera entidad en Colombia en tomarse en serio la investigación sindical y el estudio de los movimientos sociales en el país.
Paralelamente a su trabajo documental de la lucha popular Sandoval fue asesor del Ministerio de Trabajo durante varios años, en tiempos donde dicha cartera era asumida por cuotas liberales y conservadoras, y no se concebía la presencia de timoneles alternativos.
Uno de sus mayores referentes intelectuales y morales, sino el principal, fue Orlando Fals Borda de quien heredo su legado de buscar la unidad las “terceras fuerzas”, término falsbordiano que aglutinaba a todos los sectores en oposición al orden establecido. Con Fals Borda compartió también la preocupación por entender y dar solución al problema de la tierra en Colombia, una de las raíces del conflicto armado en el país. En 1984, por gestión del padre de la sociología nacional, Sandoval logró ser becado por la Unión Europea para estudiar economía rural en Italia.
Lucho destilabapaz en su cotidianidad. “si queremos la paz, revolucionemos la política” solía decir al fragor de sosegados y agitados cafés en donde generalmente hablábamos al inicio sobre su más reciente columna en el Diario El Espectador (https://rb.gy/fq96ck), espacio que mantuvo ininterrumpidamente por 15 años.
Al margen de los 8 libros que publicó Sandoval durante su existencia (https://tinyurl.com/3vzsb6vn ), no había tema que lo desvelara más en su día a día, que la búsqueda de la paz en nuestro país. Para dicho propósito en 1994 funda, junto a Luis Emil Sanabria y Ana Teresa Bernal, la Red de Iniciativas para la Paz (Redepaz), fundación encaminada a luchar por ese propósito al cual dedicó los últimos 30 años de su vida.
“Pazos…pazos…pazos…” (https://rb.gy/d2mxk1) no fue solo el título de uno de sus tantos artículos de opinión para El Espectador sino el summum de un inagotable trabajo: condensar en un libro más de cien columnas para ese diario dedicadas a la paz en Colombia.
Otra de las tareas asiduas de Sandoval fue sin duda lograr que la izquierda en Colombia lograra alguna vez la unidad, y la posibilidad de gobernar en el país. Sandoval no solo conformó y dirigió diferentes comités programáticos de campañas, sino que le apostó por muchos años de su vida a la consolidación del Polo Democrático Alternativo como partido capaz de canalizar los anhelos y necesidades de los colombianos.
Fruto de ese inagotable trabajo emerge en 2009 “Polo Democrático Alternativo : ¿hacia dónde? ¿con quiénes?” (https://tinyurl.com/yc2yy2z9 ) libro que condensa la historia, la construcción de esa colectividad, y las reflexiones del autor sobre cómo lograr la transformación social y democrática del país mediante la consolidación de un proyecto político alternativo.
A Sandoval no solo le consultaba mis artículos, sino que le confiaba mis afugias, alegrías, y proyectos, en conversaciones en las que el rol de vecinos y confidentes desbordaba la actividad académica.
Para la posteridad quedarán los recuerdos perennes de los cafés en su apartamento, la consulta permanente de libros en su inagotable biblioteca, la asistencia a decenas de eventos convocados por el movimiento social, el ronroneo de Morgan su fiel gato compañero, el humor de Amanda, su esposa, y sobre todo la vida y obra de Lucho, el amigo,el soñador, el trabajador, el maestro.
[1] Felipe Pineda Ruiz, Investigador social del Centro de Estudios Sindicales y Populares (Cesipor), publicista, investigador social, director del Laboratorio de Innovación Política Somos Ciudadanos.