Desde que empezó la cuarentena, vemos, escuchamos y replicamos mensajes sobre lo necesario y seguro que es quedarse en casa, pero lo cierto aquí, es que muchas personas, en especial las mujeres maltratadas; encuentran en su casa el último lugar en el que quieren estar.
Por: Maria Diana Ramírez
Comunicadora Social – Periodista
Esta emergencia del Covid 19, sin duda ha permitido que se visibilicen muchos problemas de pobreza, violencia e inequidad. Aspectos que reflejan la desigualdad y algunas veces nuestra indiferencia frente a lo que viven las personas que no son de nuestro círculo inmediatamente cercano.
El panorama de la violencia doméstica, abre un tema que va más allá del conocido #QuédateEnCasa, dejando ver la inseguridad que viven miles de mujeres en esta época de tensión social y económica. Según cifras del Observatorio Colombiano de las Mujeres, durante la cuarentena obligatoria, han aumentado en un 91% las llamadas a la línea 155, destinada a orientar y a asesorar a las mujeres víctimas de maltrato.
Estas cifras son alarmantes con respecto al mismo mes del año anterior, pero a decir verdad, podrían ser muchas más, si todas tuvieran la posibilidad de denunciar; muchas mujeres no tienen cómo hacerlo, dado que sus verdugos las aíslan hasta de sus propias familias y controlan todos sus movimientos. ¡Realmente están viviendo un infierno!
Muchas ruegan para que la cuarentena termine, tristemente se sienten más seguras fuera de casa, arriesgándose a ser contagiadas con el virus que nos tiene encerrados y mientras tanto, muchos están viendo esta época como un periodo de vacaciones, una carrera de productividad y disfrutando del privilegio de estar seguros en casa.
Como mujer, todos los días vivo y evidencio el maltrato en muchas de las relaciones que establezco, empezando por la familia; aun así, veo con gran preocupación que muchas de nosotras somos las primeras en juzgar a una mujer maltratada; preguntando cosas como, ¿Por qué no lo denuncia? ¿Por qué es tan boba y no lo deja? Cuando la realidad es otra, cuando el maltrato físico no es el único que existe, cuándo muchas de nosotras, de una u otra manera, hemos sido maltratadas y discriminadas. Por eso me pregunto, ¿Para cuándo la sororidad? ¿Cuándo dejaremos de darnos tan duro y de juzgar a nuestras hermanas mujeres?¿Cuándo nos pondremos en sus zapatos y entenderemos que no es tan fácil como lo pinta todo el mundo?
Desde las distintas fundaciones y organizaciones gubernamentales del país, se gestan algunas iniciativas para ayudar a las mujeres que en esta cuarentena, son víctimas de agresión; la idea es brindar alternativas que permitan la denuncia, identificación y mitigación de los casos de violencia doméstica, algunas se dan desde:
La Red Nacional de Mujeres, se creó la aplicación “Ellas”, que permite a las mujeres identificar y denunciar si están siendo víctimas de violencia. La aplicación fue desarrollada con el apoyo del Programa de Justicia para una Paz Sostenible de Usaid, y se puede descargar desde Google Play Store o Apple Store. Pensando en las personas que tal vez no tengan celulares y tienen acceso a internet, la aplicación también funciona a través de la página web www.ellaslibresdeviolencias.com.
La Secretaría de la Mujer en Bogotá, habilitó nuevos Espacios Seguros para las mujeres, de manera que si una mujer fue víctima de violencia doméstica puede acudir a los supermercados D1, Justo & Bueno, Ara y Farmatodo, y preguntar por el encargado. Estos serán espacios para que mujeres reporten casos de violencias y servirán de canal de difusión para orientar a mujeres sobre cómo reportar violencias contra ellas o contra miembros de su familia.
En Medellín, desde la Administración Municipal se diseñó y se está implementando un plan de emergencia, contingencia y continuidad para la atención y protección oportuna a las mujeres en riesgo y/o víctimas de violencias basadas en género. Se está prestando atención psicológica para las mujeres víctimas de violencia en Medellín a través de WhatsApp. Ademas, todos los días, las 24 horas, la «Línea 123 Mujer» atiende casos de riesgo o emergencias vinculadas a violencias.
Si esta situación no nos llama a la empatía, ¡No hemos entendido nada! Es momento de ponernos en los zapatos del otro y si como vecinos, vecinas o familiares sabemos de alguna mujer que está confinada con su verdugo, denunciemos por ella y no esperemos a que la cifra de feminicidios sea mayor; cifra que según el Observatorio Feminicidios Colombia, registra 142 casos a marzo del 2020; que fueron perpetuados por el compañero permanente, el novio, el ex novio o una persona cercana a la víctima; aclarando que el 29% de estos casos, se han presentado durante la cuarentena.
La cosa aquí no es solo decir que somos feministas y llenar nuestras redes sociales de noticias que muestran el maltrato a la mujer, la invitación es a ser sororas, a rodearnos entre nosotras y a generar una hermandad que permita eliminar el maltrato, o por lo menos que fomente la confianza y el empoderamiento, así podremos saber y ayudar a las mujeres que estén pasando por esta situación.
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